12 de Noviembre natalicio de Sor Juana

Evocación a Sor Juana en su cumpleaños

Sor Juana y Quevedo...todo se puede decir

Las palabras eran perlas con las que podría hacer collares, ladrillos con los que construiría castillos, lodo con el que fabricaría personas...

Sor Juana precursora de la nueva mujer I

La palabra de sor Juana se edifica frente a una prohibición…Su decir nos lleva a lo que no se puede decir...

Sor Juana precursora de la nueva mujer II

Curiosa irredenta, estudiosa del mundo que le tocó vivir, poeta, mujer misterio, fiel a su vocación

Mujeres inconvenientes, sin centavear

Su producción literaria se caracteriza por su sinceridad y fuerza, que alcanzan tonos desconocidos de sus contemporáneos

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25 de agosto de 2013

Sor Juana y un ejercicio de agudeza extrema


Sor JuanaEn una época donde parecen no existir nuevos lenguajes literarios en la poesía, donde “lo nuevo” es simplemente un slogan y los procedimientos de construcción navegan en las aguas de lo literal, quizá Sor Juana, a través de un ejercicio de agudeza extrema, pueda recordarnos que la poesía es, ante todo, la exploración de las posibilidades significativas del lenguaje. Un texto de Alí Calderón.



Sor Juana y un ejercicio de agudeza extrema

Durante el siglo XVII, la poética de la agudeza fue piedra de toque de las preceptivas literarias. Y lo era porque, fundamentalmente, constituía una toda una visión de mundo. El italiano Emmanuele Tesauro, por ejemplo, pensaba que la agudeza del hombre no es sino un reflejo de la agudeza de la naturaleza y de Dios mismo. Escribe: “los Ángeles mismos, la naturaleza, el gran Dios, al conversar con los hombres, han expresado sus agudezas, verbales o simbólicas, sus más intrincados e importantes secretos”. Así, según la concepción que se fue formando en los Siglos de Oro, la agudeza, en palabras de Joao Adolfo Hansen,

resulta de la sindéresis prendida en el alma del acto perceptivo y en el acto intelectivo del juicio. Como un silogismo retórico o entimema, la agudeza desdobla sensiblemente, en el espacio y en el tiempo, la calidad ético-teológica de la participación de su observador en la Luz divina. Dicho de otro modo, el decoro retórico de los estilos agudos materializa el decoro ético del juicio que los produce.

  De esta manera, el poeta que emplea agudezas, de algún modo, participa o muestra o hace visible a los ojos de sus lectores la acción creadora de Dios. El propio Hansen abunda:

Por primer postulado, la representación colonial presupone el carácter universal del disegno en la mente humana. El disegno es, en el juego de palabras italiano, segno de Dio, signo de dios, designio de la presencia de la luz natural de la Gracia que actúa amorosamente en la naturaleza y en la historia. Las preceptivas italianas y españolas que circularon en las colonias portuguesas tratan justamente de la posibilidad de haver visible el diseño mental de la Luz en recetas de agudezas, como es en el caso de las “25 cautelas para uso de las agudezas” de Peregrini; “de los teoremas prácticos” articulados a las diez categorías aristotélicas, de Tesauro; o de las “Crisis” de Gracián.

En literatura, la agudeza (lo que luego habría de identificarse con “ser conceptuoso”) consistía en la capacidad del poeta para aproximar, unir o lograr la identidad de dos términos o ideas aparentemente lejanas, inconexas e irreconciliables. Más tarde Mijail Lomonosov afirmará que el secreto de la literatura es conjugar ideas lejanas. En un metalenguaje actual, la agudeza da cuenta de manejos retóricos ligados fundamentalmente a los metasememas y a los metalogismos, es decir, a operaciones que alteran el plano de la forma del contenido aunque las tradicionalmente llamadas “figuras de construcción”, identificadas con las operaciones de metaplasmo y metataxis, no quedan excluidas de su sistema. A final de cuentas,  según mi perspectiva, la agudeza es un intento por alejarse de la transparencia del lenguaje, de su grado cero, una organización retórica con la intencionalidad estética de develar o sugerir una semejanza o nexo significativo entre dos o más términos o niveles de lectura o planos lingüísticos (expresión y contenido a través de la ley de la isomorfía) para generar discursos poco predecibles, sorpresivos, y fundamentalmente plurisémicos o polisémicos. De ese modo, la agudeza no es sino una manera de actuar por parte del poeta que asegura la eficacia en los rubros que dan cuenta de la calidad literaria de una obra: la autorreflexividad y la multiplicidad interpretativa.
            Sor Juana podría servirnos como ejemplo claro del empleo de un tipo muy particular de agudeza, más allá de los artificios comunes de construcción y que, aún hoy, podría arrojar luz para encontrar un nuevo lenguaje literario. Me referiré a uno de sus cinco sonetos burlescos, “Aunque eres Teresilla tan muchacha”, uno de esos poemas en los que, según Méndez Plancarte, se muestra esa “sal picaresca y aún demasiado gruesa” de la monja jerónima:

Aunque eres, Teresilla, tan muchacha,
le das quehacer al pobre de Camacho,
porque dará tu disimulo un chacho
a aquél que se pintare más sin tacha.

De los empleos que tu amor despacha
anda el triste cargado como un macho,
 y tiene tan crecido ya el penacho
que ya no puede entrar si no se agacha

Estás a hacerle burlas ya tan ducha,
y a salir de ellas bien estás tan hecha,
que de lo que tu vientre desembucha

sabes darle a entender, cuando sospecha,
que has hecho, por hacer su hacienda mucha,
de ajena siembra, suya la cosecha.

El poema es bastante claro. Se advierte en él, como dice Lazarte, “la mezcla de la imitación clásica con la voz popular”. La altísima estimación del ingenio y la búsqueda rococó de la agudeza son de raigambre culta mientras el pie forzado, la temática, los giros lingüísticos son de índole evidentemente popular. La monja emplea la desproporción para generar el efecto de lo ridículo, antesala de la comicidad. Teresilla se burla una y otra vez de Camacho, su marido. La infidelidad ha llegado a niveles increíbles de cinismo. Este es el punto en que sor Juana entiende que las distintas aristas de la agudeza potencian el efecto polisémico del poema. Me llama la atención particularmente el asunto de los nombres propios en el texto. ¿Por qué llamar a los personajes Camacho y Teresilla? ¿Carece de relevancia este procedimiento? ¿La asignación de un nombre a los personajes del discurso habrá sido dejada al azar, impulsada por la ingenuidad, por el mero capricho?
Pienso que no.
En su Respuesta a Sor Filotea, Sor Juana demuestra conocer sobradamente la preceptiva de Baltasar Gracián. En algún momento, el jesuita aragonés escribió que “siempre el nombre fue origen de grandes conceptos”. Por ello, no resulta extraño que los nombres de Camacho y Teresilla presenten un carácter simbólico, que estén dotados de semas o rasgos distintivos que abren nuevas posibilidades significativas. Según los diccionarios etimológicos de Gutierre Tibón, el apellido Camacho deriva de Gama “femenino de Gamo, latín gammmus […] animal semejante al corzo”. Este animal desarrolla una pequeña cornamenta de la misma manera en que el hombre burlado del soneto un penacho. ¿Casualidad? Seguramente no. Igualmente interesante resulta la observación de que una de las acepciones de “Teresa” sea “la cosechadora” y que el soneto se concluya precisamente con esa idea. De este modo, la relación de semejanza entre el nombre de los personajes del poema y su rol o participación en él, con su respectivo toque de mordacidad, da cuenta de un extraordinario y poco habitual ejercicio de agudeza.

Círculo de Poesía - Revista electrónica de literatura
Aviso: Los comentarios son responsabilidad de sus autores. 
No necesariamente representan la opinión del Círculo de Poesía.
Círculo de Poesía. Revista electrónica de literatura. Año 3, semana 46, noviembre, 2012 Publicación semanal editada por Territorio Poético A.C. Azabache 136-A Lomas del Mármol, Puebla, Pue. C.P. 72574. www.circulodepoesia.com Editor responsable: Alí Calderón.

25 de junio de 2013

"Una sorjuana", billete de 200 pesos

BILLETE DE 200 PESOS
Tiene en su anverso la efigie de Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), cuyo nombre verdadero fue Juana de Asbaje. Sor Juana es considerada la figura más importante de la literatura barroca hispanoamericana.En el reverso del billete está el convento de San Jerónimo, donde Sor Juana vivió la mayor parte de su vida y escribió sus obras. El convento se ubica en el Centro de la Ciudad de México.
El billete tiene las siguientes dimensiones: 6.6 centímetros de alto por 15.6 centímetros de ancho.

Billete de 200 pesos Mexico
Billete de 200 pesos Mexico

20 de abril de 2013

La Juana de Amado


Nota: Imagen disponible en internet, no corresponde al texto original
En Amado Nervo (1870‑1919) coexisten tres figuras recurrentes pero distintas que los años se han encargado de codificar: el poeta popular cuyos poemas se convirtieron en canciones de una cursilería ejemplar muy ad hoc para amas de casa; el escritor modernista de poco talento cuya obra no alcanzó a tocar ninguna de las fibras estéticas de su tiempo. Por último, el hombre de su siglo que practicó el ensayo y la crónica, la poesía y el periodismo, y sin embargo lo mataron las ideas recibidas en su infancia en el seminario donde le inyectaron y preceptos religiosos de baja estofa, que produjeron en él una miserable y pobre visión de Dios y de los seres humanos.
Ninguna de esas tres imágenes le hacen justicia a la obra de un escritor que fue capaz de encarar la tradición -léase modernismo y otros movimientos fin de siglo-, asumirla con el único fin de trascenderla posteriormente. Basta acercarse a las etapas de la producción literaria de Nervo para comprobar su ascesis. La prosa fue su pasión y su gran afán perfeccionista; escribió cuentos y crónicas diversas, y uno de los textos que más lo definen, Juana de Asbaje (1910). Se trata de un libro que leyó Nervo en la Unión Ibero‑Americana de Madrid, el 28 de abril de 1910, como parte de los festejos del centenario de la independencia de México. En ese tiempo, explica Alatorre en su prólogo, un platillo exquisito de información y crítica literaria, "Sor Juana era conocida en México -y en todas partes- por las redondillas contra los Hombres necios, que ni siquiera hacía falta leer, pues muchos las sabían de memoria".
Este libro, que ahora aparece con prólogo y edición de Antonio Alatorre, es sin duda un trabajo pionero, iniciador de la apreciación de la obra y la vida de sor Juana Inés de la Cruz, la gran poetisa del siglo XVII, que había sido menospreciada y poco entendida. En su mensaje inicial dice: "Queridos paisanos, Sor Juana es más de lo que ustedes piensan". Y Alatorre agrega: "Ningún mexicano, a lo largo de todo el siglo XIX, había lanzado ese esencialísimo mensaje". Y es que el siglo XIX olvidó rotundamente a Sor Juana. Muchas son las razones, ingratas unas, torpes otras, y casi todas provocadas por la "mira", el punto de vista de la crítica literaria, siempre tan frágil a las tesis aprobadas por mayoría. Nervo traspasó con su Juana de Asbaje esa línea de sombra. Hizo, entre otras cosas, un retrato agudo de la muerte de Sor Juana, la madrugada aquella del 17 de abril, "en que entre cuatro cirios y con un severo traje de mística golondrina, quedó, rígida, tendida, en la capilla del convento, la mujer siempre afable, siempre expresiva, movida siempre por una inteligente y afectuosa actividad; la mujer de grandes ojos luminosos, ventanas del genio, de fina nariz, de boca bella y pródiga en palabras de vida y de sapiencia, que con ágil y elegante andar recorría como una bendición los claustros; la religiosa en todas prendas superlativa; la mujer misteriosa que al nacer traía un alma ya muy vieja, venida de no sé qué mundos superiores, para la cual fue un juego aprender a leer a los tres años, embelesar a los ocho con su discreción y maravillar a los diez y siete con su ciencia!".
Alatorre, que ha polemizado con algunos estudiosos de Sor Juana, gran erudito de los siglos XVI y XVII de la literatura española, ha hecho un trabajo minucioso con el libro. Así, lo pone al alcance no solamente de los especialistas sino de todos los interesados en la literatura, del lector común. Pero primero nos explica los motivos del olvido en que el siglo XIX sumió a Sor Juana. Un botón de muestra. Alatorre alude al "complejo de inferioridad" de la "mayor parte de los críticos mexicanos del siglo XIX, que en su condena del culteranismo se dejaban guiar siempre por lo que decían los españoles". A lo que se agrega la primera Historia de la literatura española escrita por George Ticknor, catedrático de Harvard, para quien Sor Juana fue "más notable como mujer que como poeta; nació en Guipúzcoa en 1651 y murió en México en 1695". Nadie se molestó en decirle a Ticknor, "señor, Sor Juana nació en Nepantla, cerca de Amecameca, ¡por Dios!".
Con su estudio preciso y contundente sobre Sor Juana, Nervo abrió a los especialistas de la literatura del siglo XVII un amplio margen de discusión de los alcances y la dimensión de la obra de la monja jerónima, que aún sigue en pie. Inició además un tema de la opresión a la mujer, que el feminismo del siglo XX ha tomado como bandera. Dice Nervo: "La mujer de aquella época, en la Colonia sobre todo, de santos se daba si la enseñaban a leer, escribir y contar, medianuchamente siquiera". Más aún, subraya que en esa época atrasada "todo el mundo incitó a Sor Juana a versificar, a discurrir, a pensar, con excepción quizá del obispo de Puebla, don Manuel Fernández de Santa Cruz, quien con las enaguas de Sor Philotea de la Cruz le dijo las famosas palabras: 'Mucho tiempo ha gastado v.md. en el estudio de los filósofos y poetas; ya será razón que se perfeccionen los empleos y se mejoren los libros' ".
El análisis de Nervo sigue paso a paso vida y obra de Sor Juana, la ubica, la relaciona con las costumbres, los hábitos y las lecturas de su siglo. En verdad, limpia la imagen de Sor Juana, un acto que era necesario después de un siglo XIX dedicado a menospreciarla o por lo menos a perdonarle algunos sonetos. Juana de Asbaje es una lectura que seguramente iluminó a los lectores de hace casi un siglo. Los tuvo que haber llevado por la vida de Sor Juana, señalándoles sus tropiezos, las presiones que recibió por su condición de mujer y monja, las rendijas que halló para no ceder y escribir, escribir. Hay libros interesantes por su información, guías para seguir a un autor y su obra, eruditos, profundos a fuerza de las reflexiones a que obligan al lector, entretenidos, refrescantes por su prosa clara. El de Nervo reúne esos atributos y se le agrega uno más, que me parece el más significativo: ser pionero en la valoración de sor Juana Inés de la Cruz, en un siglo que la había condenado a la retórica conceptista. Es un libro escrito, se ve claramente, con gusto, y este gusto lo transmite a sus lectores. 
Después de una búsqueda incesante por hallar, primero lo sobrenatural, luego lo "cotidiano poético", y sobre todo el amor que no llegó jamás, Nervo desembocó en el silencio. "De hoy más, sea el silencio mi mejor poesía". La purificación que deseaba no apareció por ningún lado, aunque sin darse cuenta la vivió mediante una rara expiación que hoy llamaríamos autocrítica. De su propia obra fue su propio verdugo. En su Juana de Asbaje dice:
Cuando en mis mocedades solía tomar suavemente el pelo a algunos de mis lectores, escribiendo mallarmeísmos que nadie entendía, sobró quien me llamara maestro; y tuve cenáculo, y dizque fui jefe de escuela y llevé halcón en el puño y lises en el escudo...
En la monja de Nepantla halló no solamente un talento capaz de iluminar la "oscuridad" de su tiempo sino de vaticinar el futuro. Fue su interlocutora a distancia, su encuentro con el artista que es condenado por los dictados de la demencia que conduce a las sombras. La siguió incluso en la última recta del camino; Sor Juana dejó de escribir y, presionada por el obispo de Puebla, "sor Filotea de la Cruz" renunció a sus lecturas. Entonces, dice su primer biógrafo, el padre Calleja, enfermó
esta prodigiosa mujer, de no trabajar con el estudio. Así lo testificaban los médicos, y la hubieron los superiores de dar licencia para que, de fatigarse, viviese. Volvió a sus libros con sed de prohibida, poniéndose rigurosos preceptos de no entrar a celda ninguna, porque en todas era tan bien querida que no podía entrar y salir presto.
Del aislamiento a la muerte sólo hubo un paso. Morir era igual a abandonar el conocimiento. Amado Nervo llegó también a ese momento, "estoy fatigado del alpinismo", y se plantó. Cuando la evoca, la llama "divina sombra", y esta divina sombra lo conquistó de manera absoluta como puede verse en Juana de Asbaje.
Nervo hizo un libro que es ensayo, antología de opiniones diversas de la obra poética de Sor Juana, antología de los textos más rigurosos de ella, biografía mínima, recolección de materiales básicos, como el del padre Calleja, primer biógrafo de la monja jerónima. Nervo entregó un libro que sería siempre recordado por su cálida escritura con que la retrata. Los problemas que cita aún siguen vigentes: ¿cuál es el origen de Sor Juana? ¿Qué significado último es el de su obra mayor, Primero Sueño? ¿Por qué se "dejó morir"? Con gran sencillez, Nervo dice que la respuesta es "el más bello documento que nos queda sobre la vida de la gran monja, el espejo donde se copia su imagen gigantesca. Léanla quienes tengan amor a la Musa no Décima, sino única de aquel tiempo, a la más radiante figura de mujer que haya atravesado nunca por los panoramas de nuestra historia, a la que exclamaba, sin embargo, en la carta misma: '¿De dónde a mí tanto favor? ¿Por ventura soy más que una pobre monja, la más mínima criatura del mundo y la más indigna de ocupar vuestra atención?' ".
No son pocos los méritos del libro que aquí se comenta. Basta decir que constituye la primera lectura total de Sor Juana en el siglo XX.
Amado Nervo
Juana de Asbaje
Introducción y edición
de Antonio Alatorre
CNCA
México, 1994
194 pp.

Fuente: Nexos
Realiado por:
Alvaro Ruiz Abreu. Escritor. Es autor de José Revueltas: Los muros de la utopía
Diponible en:http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=448242
Fecha de publicación: 01/04/1996

30 de marzo de 2013

Los sueños, ¿sueños son?


Sor Juana inspiró a feminismo británico y EEUU desde hace dos siglos, experta


Sor Juana inspiró a feminismo británico y EEUU desde hace dos siglos, experta
28/05/2011 12:16 | lainformacion.mx
México.- La vida y obra literaria de la poeta mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, cuyos textos fueron analizados y publicados desde hace dos siglos en Londres y Nueva York, inspiraron a feministas británicos y estadounidenses, aseguró hoy a Efe la investigadora Sara Pott Herrera.


México.- La vida y obra literaria de la poeta mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, cuyos textos fueron analizados y publicados desde hace dos siglos en Londres y Nueva York, inspiraron a feministas británicos y estadounidenses, aseguró hoy a Efe la investigadora Sara Pott Herrera.
La especialista dio a conocer en entrevista con Efe el hallazgo de textos ahora desconocidos que recorrieron las revistas y libros editados por grupos de pensamiento avanzado tanto en Inglaterra como en Estados Unidos desde finales del siglo XVIII y principios del XIX, "aspecto desconocido en los estudios de la monja jerónima".
Pott Herrera indicó que los dos tomos del libro "Sor Juana a través de los siglos", de Antonio Alatorre, que recoge la mayoría de análisis y comentarios en torno a la poeta, solo incluyen una nota de un libro estadounidense del siglo XIX.
La especialista de la Universidad de California recordó que hace dos siglos se criticó en México la obra de Sor Juana como poesías sin valor por su lenguaje barroco y se le condenó al olvido.
No obstante, destacó que en ese mismo tiempo los intelectuales ingleses y estadounidenses elogiaron su calidad literaria y sus posiciones de avanzada en defensa de los derechos y la libertad de las mujeres.
Recordó que la primera de estas notas en inglés fue dada a conocer por el especialista Enrique Martínez López, quien en una ponencia en 2005 comentó una biografía de Sor Juana publicada en 1823 en The New-York Mirror Ladies' Literary Gazette, publicación que cohesionaba a un numeroso grupo de intelectuales liberales.
Este semanario, que apareció de 1823 a 1830, publicó artículos de Walt Whitman, Edgar Alan Poe y otros, y sus editores pertenecían a una corriente literaria conocida como Knickerbooker School, que pretendían convertir a Nueva York en el centro literario de ese país.
"La vida y la obra de Sor Juana fueron motivo de atención en otros círculos; los de aquí, en la intelectualidad de fines del siglo XVIII y fines del XIX en Londres, Nueva York, Boston y Filadelfia", explicó.
Poot Herrera indicó que esa nota le sirvió para indagar desde cuándo se conocía a Sor Juana en Estados Unidos, y encontró que la misma información se había publicado en otras revistas a principios del siglo XIX y en la segunda mitad del siglo XVIII.
Señaló que se trató de "una investigación casi detectivesca".
Explicó que esta misma nota fue encontrada en 1819 en la revista Ladies' Literary Cabinet, en donde aparece también traducidas al ingles las redondillas de Sor Juana "Hombres necios que acusais a la mujer sin razón...".
La especialista mexicana encontró esta misma publicación en 1803 en uno de los libros de la feminista y novelista inglesa Mary Hays, quien fue gran amiga de la defensora de los derechos de la mujer Mary Wllstonecraft, autora del libro "A vindication of the rihts o women", de 1792.
Pero Poot Herrera agrega que la divulgación de Sor Juana no comenzó con Hays, sino que viene de antes, pues su biografía fue publicada en el libro "Apuntes de la historia, el genio, la disposición, los logros, los empleos, las costumbres, virtudes y vicios, del bello sexo, en todas las partes del mundo".
El mismo fue publicado en 1790 y su autor firmó como "un amigo de las mujeres", por lo que se atribuye a John Adams.
En esta obra también se incluye una traducción del poema "hombres necios... ".
No obstante, los mismos textos aparecen en un libro anterior titulado "Philosophical Historical and moral essay on old Maids", cuya primera edición fue en 1785 y que aparece hasta ahora como la primera fuente de las ediciones inglesas de notas biográficas sobre Sor Juana.
"Llama la atención ver que Sor Juana atrae el interés compartido de grupos intelectuales de ambos países, quienes la descubrieron y leyeron todo lo que se había dicho de ella y la valoraron como se valora ahora", indicó la investigadora.
Además se confirma que el feminismo inglés y estadounidense tuvieron un impulso en las obras de la monja jerónima.
La experta añadió que esa es una pequeña muestra, pero que aún existen otras publicaciones sobre Sor Juana que esperan ser redescubiertas.

(Agencia EFE)
Fuente:LA INFORMACION. COM, Véase:  http://noticias.mexico.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/artes-general/sor-juana-inspiro-a-feminismo-britanico-y-eeuu-desde-hace-dos-siglos-experta_oWW2E8O0xAuWmAxNCd6c3/

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