12 de Noviembre natalicio de Sor Juana

Evocación a Sor Juana en su cumpleaños

Sor Juana y Quevedo...todo se puede decir

Las palabras eran perlas con las que podría hacer collares, ladrillos con los que construiría castillos, lodo con el que fabricaría personas...

Sor Juana precursora de la nueva mujer I

La palabra de sor Juana se edifica frente a una prohibición…Su decir nos lleva a lo que no se puede decir...

Sor Juana precursora de la nueva mujer II

Curiosa irredenta, estudiosa del mundo que le tocó vivir, poeta, mujer misterio, fiel a su vocación

Mujeres inconvenientes, sin centavear

Su producción literaria se caracteriza por su sinceridad y fuerza, que alcanzan tonos desconocidos de sus contemporáneos

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3 de enero de 2015

Corina Yoris-Villasana: Hablando de silencios

Corina Yoris-Villasana El Nacional, Venezuela, GDA


En días pasados, unos colegas universitarios enviaron a la red de la universidad sendas reflexiones sobre la necesidad del silencio, en esta época ruidosa, bullanguera, estridente. Ese llamado al sosiego me sirvió de motivo para el artículo de hoy. 

Silencio, proveniente del latín silentium, es un concepto que nos remite a “ausencia de ruido”, pero también es un recurso “paraverbal”. En un intercambio de ideas, en una simple conversación, un silencio puede ser interpretado de diferentes maneras; desde ser una simple pausa, aconsejada por la correcta puntuación que en el habla se guarda con esos silencios, o puede obedecer a una dramática significación. 

Podríamos hablar del silencio interior, donde reine la quietud profunda; o del silencio de los cartujos, primordial en aras de lograr la contemplación. Encontramos el silencio que nos acerca a pensar en el sentido profundo de la vida, como bien expresara Ratzinger en su momento. Podemos quedarnos en silencio por estupor al presenciar hechos que han atentado contra la humanidad, como es la visión de un campo de concentración. Ese silencio es también un grito desgarrador.

Topamos también con el silencio impuesto como castigo, o el silencio producto del temor a la sanción, a la represalia. Está el extraordinario silencio musical, “signo que representa gráficamente la duración de una determinada pausa en una pieza musical”. 

En este brevísimo recorrido por “los silencios”, emerge uno que abofetea a quienes participaron (y participan) de él: el silencio de la mujer; la condena de su libre expresión; la negación de su incursión en el mundo de la cultura, de la narrativa, de la filosofía. ¿Cómo han escapado (hemos escapado) las mujeres de ese silencio opresor? ¡Nada más y nada menos que usando “el lenguaje opresor”! Expresarnos como quieren y norman los artífices de esa opresión. La mujer fue considerada “musa”, pero no poeta. La “décima musa”, sor Juana Inés de la Cruz, es llamada así por no llamarla poeta. Incluso, el propio lenguaje reconoce el vocablo poetisa para la mujer, más no poeta. Tarda en aceptar este último para referirse a persona que escribe obras poéticas. 

Hay silencios que se convierten en delito; el silencio ante las injusticias; el silencio que se hace cómplice ante la tortura; el maltrato; la violación de los derechos. Bien decía Miguel de Unamuno que, a veces, el silencio es la peor mentira. El silencio informativo se puede tornar en delito; el silencio de quienes deben hablar y callan. Volvamos a los silencios que ennoblecen; a los silencios del amor; a los silencios de la poesía; al silencio musical. Al silencio de la noche, cercana al amanecer, cuyo nombre, tomado del latín conticinium, se refiere a esa hora cuando predominan la tranquilidad y el silencio; ese silencio inspira al gran Laudelino Mejías para componer el tan conocido vals venezolano “Conticinio”.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección:

http://www.elcomercio.com/opinion/opinion-hablando-silencios-expresion.html. 

1 de mayo de 2014

Sor Juana: Fondos de pantalla

2 de agosto de 2013

En Memoria de Sor Juana Inés de la Cruz, libro de José Serrato

1 de mayo de 2013

Yo te vi...¿Se necesita decir más?

Las siguientes imágenes fueron publicadas en el sitio http://mauramcgurk.com

Citando este sitio "Yo te vi- ¿Se necesita decir más?, Una frase de Mi Divina Lysi y el título de mi collage digital, resume su carácter directo...Este collage examina juguetonamente algunas dicotomías relacionadas a la fama de Sor Juana y a su vida privada"

Autora: 


Maura McGurk



Twitter: https://twitter.com/Maura_McGurk


20 de abril de 2013

Sor Juana: poesía que libera


Sor Juana: poesía que libera
José Cueli
G
uarda Sor Juana Inés de la Cruz, como venerable reliquia del arte, un eco del pasado conventual que en la literatura tuvo su religión más pura. Poesía con suavidad de clavicordio que nos acerca a la armonía suprema del más allá.
La escritura de Sor Juana está vestida de ricas sedas, valiosas incrustaciones y sonidos de finas maderas. Espejos que nos recuerdan las posibilidades de la mujer de saltar las bardas de la opresión mediante su imaginación y creatividad.
La poesía de Sor Juana está labrada de airosos movimientos que despiden sonidos que no pueden profanarse como su palabra. Música de clavicordio, relicario de las musas graves, irónicas o espirituales. Es su poesía música que duerme al rumor de su ternura y el perfume de sus versos, y le imprime la huella de su feminidad al son de la clave. Mientras entran en éxtasis sus lectores.
La poesía con música de clavicordio de Sor Juana es ella misma, al igual que la suavidad y tersura con la que se desliza su escritura. No cambian más que las palabras e imágenes, la música es siempre letanía interior cantada con el eco inconfundible de su escritura interna, conventual.
Su clasicismo, piadoso como un espejo, nos devuelve la imagen que ayuda a recordar las imágenes anteriores en la hora melancólica de la tarde.
La poesía de la Décima Musa es evocadora de lo clásico, de lo perfecto y de lo acabado, remata con claridad cada verso. La ausencia que vive al escaparse las imágenes, entre las que se le fue la vida.
Su poesía es entrega, sin artificios ni engaños. Rimas que surgen de sus huellas más arcaicas, a las que busca con tranquilidad pero a la vez con pasión, y le encienden la piel con las tenues notas cristalinas de su rezo, arrullo de cuna.
En su poesía clásica hay una historia de amor nunca actuada. En ella tiene su escritura el mejor medio de expresión.
La base de su música de clavicordio, suavidad y misterio que descubren su finísima fragancia que le arrancan un eco casi imperceptible de su pasado y su proyecto al futuro, en una poesía universal.
Historia ligada a la armonía de las imágenes que se vuelven escritura, al margen del convento, en los márgenes de la piel de su cuerpo religioso.
Sor Juana Inés de la Cruz murió en 1695, durante una epidemia; pero fue la palabra la que dio libertad a su alma.
Fuente: La Jornada

19 de abril de 2013

Galería personal: Sor Juana, collage

30 de marzo de 2013

Ya que para despedirme


Ya que para despedirme,
dulce idolatrado dueño,
ni me da licencia el llanto
ni me da lugar el tiempo,
háblente los tristes rasgos, 
 entre lastimosos ecos,
de mi triste pluma, nunca
con más justa causa negros. 
Y aun ésta te hablará torpe
con las lágrimas que vierto,
porque va borrando el agua
lo que va dictando el fuego.
Hablar me impiden mis ojos;
y es que se anticipan ellos,
viendo lo que he de decirte,
a decírtelo primero.
Oye la elocuencia muda
que hay en mi dolor, sirviendo
los suspiros, de palabras,
las lágrimas, de conceptos. 
Mira la fiera borrasca
que pasa en el mar del pecho,
donde zozobran, turbados,
mis confusos pensamientos. 
Mira cómo ya el vivir
me sirve de afán grosero;
que se avergüenza la vida
de durarme tanto tiempo.
Mira la muerte, que esquiva
huye porque la deseo;
que aun la muerte, si es buscada,
se quiere subir de precio. 
Mira cómo el cuerpo amante,
rendido a tanto tormento,
siendo en lo demás cadáver,
sólo en el sentir es cuerpo. 
Mira cómo el alma misma
aun teme, en su ser exento,
que quiera el dolor violar
la inmunidad de lo eterno.
En lágrimas y suspiros
alma y corazón a un tiempo,
aquél se convierte en agua,
y ésta se resuelve en viento.
Ya no me sirve de vida
esta vida que poseo,
sino de condición sola
necesaria al sentimiento.
Mas, ¿por qué gasto razones
en contar mi pena y dejo
de decir lo que es preciso,
por decir lo que estás viendo?
En fin, te vas, ¡ay de mi!
Dudosamente lo pienso:
pues si es verdad, no estoy viva,
y si viva, no lo creo.
¿Posible es que ha de haber día
tan infausto, funesto,
en que sin ver yo las tuyas
esparza sus luces Febo?
¿Posible es que ha de llegar
el rigor a tan severo,
que no ha de darle tu vista
a mis pesares aliento?
¡Ay, mi bien, ay prenda mía,
dulce fin de mis deseos!
¿Por qué me llevas el alma,
dejándome el sentimiento?
Mira que es contradicción
que no cabe en un sujeto,
tanta muerte en una vida,
tanto dolor en un muerto.
Mas ya que es preciso, ¡ay triste!,
en mi infeliz suceso,
ni vivir con la esperanza,
ni morir con el tormento,
dame algún consuelo tú
en el dolor que padezco;
y quien en el suyo muere,
viva siquiera en tu pecho.
No te olvides que te adoro,
y sírvante de recuerdo
las finezas que me debes,
si no las prendas que tengo.
Acuérdate que mi amor,
haciendo gala de riesgo,
sólo por atropellarlo
se alegraba de tenerlo.
Y si mi amor no es bastante,
el tuyo mismo te acuerdo,
que no es poco empeño haber
empezado ya en empeño.
Acuérdate, señor mío,
de tus nobles juramentos;
y lo que juró la boca
no lo desmientan tus hechos.
Y perdona si en temer
mi agravio, mi bien, te ofendo,
que no es dolor, el dolor
que se contiene atento.
Y adiós; que con el ahogo
que me embarga los alientos,
ni sé ya lo que te digo
ni lo que te escribo leo. 

29 de marzo de 2013

Galeria: Sor Juana, retrato urbano

8 de marzo de 2013

Ofelia Medina...¿Qué nadie traerá un rompopito por ahí?
















“Viva la primavera, que nos caliente los corazones… y los calzones”



  

5 de marzo de 2013

Detente, sombra de mi bien esquivo


Soneto VII

Detente, sombra de mi bien esquivo 
imagen del hechizo que más quiero, 
bella ilusión por quien alegre muero, 
dulce ficción por quien penosa vivo. 

Si al imán de tus gracias atractivo  
sirve mi pecho de obediente acero, 
¿para qué me enamoras lisonjero,17 
si has de burlarme luego fugitivo? 

Mas blasonar18 no puedes satisfecho 
de que triunfa de mí tu tiranía;  
que aunque dejas burlado el lazo estrecho 

que tu forma fantástica ceñía, 
poco importa burlar brazos y pecho 
si te labra prisión mi fantasía.
17 Persona que elogia exageradamente a otra con alguna intención encubierta.
18 Hacer ostentación de alguna cosa alabándose a sí mismo.

3 de febrero de 2013

Ana de la Reguera será Sor Juana Inés de la Cruz en la pantalla grande

Ana de la Reguera dará vida a la Décima Musa

20 de noviembre de 2012

Una pelada que se volvió monjita, por "Capricho"

"Una pelada que se volvió monjita para no casarse"Virginia Montoya

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