12 de Noviembre natalicio de Sor Juana

Evocación a Sor Juana en su cumpleaños

Sor Juana y Quevedo...todo se puede decir

Las palabras eran perlas con las que podría hacer collares, ladrillos con los que construiría castillos, lodo con el que fabricaría personas...

Sor Juana precursora de la nueva mujer I

La palabra de sor Juana se edifica frente a una prohibición…Su decir nos lleva a lo que no se puede decir...

Sor Juana precursora de la nueva mujer II

Curiosa irredenta, estudiosa del mundo que le tocó vivir, poeta, mujer misterio, fiel a su vocación

Mujeres inconvenientes, sin centavear

Su producción literaria se caracteriza por su sinceridad y fuerza, que alcanzan tonos desconocidos de sus contemporáneos

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14 de abril de 2015

PROGRAMA DE RADIO: Ella, la peor del mundo... Él Octavio Paz

3 de enero de 2015

Noticieros Televisa: Vida y obra de Sor Juana Inés de la Cruz, Octavio Paz

  • En el siglo XVII en México abundaron los escritores, los poetas y los teólogos pero la figura central fue una poetisa y una intelectual se llama Sor Juana Inés de la Cruz, decía Octavio Paz
Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe
CIUDAD DE MÉXICO, México, abr. 19, 2014.-Octavio Paz publicó en 1982 Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la Fe con el sello del Fondo de Cultura Económica.

El Premio Nobel de Literatura 1990 narra en su libro que hacia 1930, cuando él empezó a escribir, “la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz había dejado de ser una reliquia histórica” gracias a Amado Nervo y su libro Juana de Asbaje de 1910, a Ermilo Abreu Gómez quien editó Primero sueño, la Carta atenagórica y la Respuesta a sor Filotea de la Cruz y a Xavier Villaurrutia quien editó los Sonetos y las Endechas.

Octavio Paz, por influencia de Jorge Cuesta, leyó en esos años los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz. En 1971, la Universidad de Harvard lo invitó a dar cursos sobre Sor Juana. En 1974 impartió una serie de conferencias sobre Sor Juana Inés de la Cruz en el Colegio Nacional y a partir de esas notas, y de las grabaciones, empezó a escribir en 1975 su libro.

El 26 de junio de 1984, el también Premio Cervantes de Literatura, Octavio Paz, transmitió por Televisa el programa La Persona y la Obra de Sor Juana Inés de la Cruz como parte de la serie de televisión Conversaciones con Octavio Paz.

Aquí algunas de las reflexiones de Octavio Paz sobre la vida y la obra de Sor Juana.

“Los tres siglos que duró el periodo que llamamos, con cierta inexactitud, Colonial, fue una época de tranquilidad, paz y desarrollo”.

“No fueron siglos de cautividad como se ha dicho muchas veces, sino de gestación. En esos siglos se formó un pueblo, una Nación”.

“El segundo siglo, el siglo XVII, quizá al final, es el siglo del medio día, es el momento en que los mexicanos asimilamos, en el campo del arte, el estilo Barroco, y nos apropiamos de ese estilo con singular fortuna. Lo recreamos y le damos características especiales”.

“El Barroco de México es una contribución de la sensibilidad del pueblo Novohispano al arte mundial del siglo XVII.

"Pienso en la arquitectura, en la escultura, sobre todo en la poesía, pero también en la cocina, por que en ese siglo se forma ya de un modo más claro la cocina mexicana”.

“Cuando hablo de cocina, al hablar de cultura, no cometo un disparate. La cocina no sólo es una manera de nutrirse, de alimentarse, sino que es una ciencia y sobre todo, es un arte. Además, la cocina acompaña a los hombres en una de las formas más altas de la civilización: el convivio, el banquete, la cena; y en la cultura nuestra hay dos momentos muy altos que están asociados a la cocina, el Banquete Platónico y La Última Cena de Jesús. Los dos momentos más altos tal vez de nuestra cultura”.

“En el Siglo XVII, en México abundaron los escritores, los poetas y los teólogos. Algunos de ellos fueron notables, pero la figura central, la luminaria, fue una mujer, una poetisa, pero también una intelectual. Esta mujer es una de los poetas más altos de nuestra lengua y en la América de habla española solamente se le puede comparar hasta el siglo XIX con otro gran poeta Rubén  Darío, y en la América de habla inglesa sólo encuentro de nuevo hasta fines del XIX solamente otros dos poetas, un hombre y una mujer, Whitman y Emily Dickinson; esa mujer nació en Nepantla y se llama Sor Juana Inés de la Cruz, Juana Ramírez”.

“Juana Inés nació en el caserío de San Miguel, Nepantla, en las estribaciones del volcán Popocatépetl, en el año de 1648. El 2 de diciembre fue bautizada Inés hija de la Iglesia, que quiere decir, hija natural. Pasó su primera infancia en la vecina hacienda de Panoaya que perteneció a su familia por seis generaciones”.

“Vivió al lado de los virreyes de los dieciséis a los veinte años, tomó los hábitos cuando iba a cumplir veintiún años y profesó en el convento de San Jerónimo”.

“¿Porqué cuando nada en su vida era indicio de una vocación religiosa y la rodeaba la admiración general, abandona la Corte y se encierra en un convento? Toma los hábitos porque según escribió más tarde, para la negación total que tenía al matrimonio era lo menos desproporcionado y lo más decente que podía elegir, que era de querer vivir sola, de no querer tener ocupación obligatoria que embarazase la libertad de estudio, ni rumor de comodidad que impidiese el sosegado silencio de sus libros".

"Sor Juana toma una decisión racional. Su elección no fue resultado de una crisis espiritual, ni de un desengaño sentimental, fue una decisión sensata, consecuente con la moral de la época y con los usos y convicciones de su clase”.

“El convento no era escala hacia Dios, sino refugio de una mujer que estaba sola en el mundo. El claustro conventual es el equivalente de la una biblioteca. Sor Juana estudió sola, no tuvo maestros, sus únicos y mudos confidentes fueron los libros”.

“Las pinturas que hoy conocemos de ella son de Miranda y Cabrera. En el cuadro de Miranda, Sor Juana está de pie, sentada en el de Cabrera, la semejanza comienza por el fondo de los dos cuadros, un paisaje de libros. En los dos retratos, la mano izquierda acaricia las cuentas de un rosario muy grande que hace las veces de un collar, el gesto es más galante que devoto. En el centro un escudo, la virgen guerrera”.

“Ya es hora de hablar un poco de Primero sueño, el gran poema filosófico de Sor Juana. Es un poema muy difícil, por su tema, por su asunto, pero también por su lenguaje y por su arquitectura verbal. Tal vez la mejor descripción de este extraño poema es la del padre Calleja que fue lector inteligente y admirador de Sor Juana. El piensa que el tema de Primero sueño es este:

Siendo de noche me dormí, soñé que de una vez quería comprender todas las cosas de que el universo se compone, no pude ni aún divisas por categorías, ni aún sólo un individuo, desengañado amaneció y desperté”.

“Me parece que en su concisión describe muy bien el tema de primero sueño, el cuerpo duerme, el alma esta despierta, se lanza a los espacios para conocer los secretos del universo”.

“Primero sueño es un delirio, pero es un delirio racional; es un poema no claro, no hay colores radiantes como en Góngora, es un poema en claroscuros, es un poema hecho de oscuridades y sombras rotas por relámpagos repentinos, por claridades súbitas”.

“Su tema también es un tema poco frecuente en la historia de la poesía. Su tema es el conocimiento, mejor dicho, el acto de conocer. Es un tema que no fue usado por los poetas del siglo XVII. Ni Góngora, ni Quevedo, ninguno de los grandes poetas de ese siglo escribió algo semejante, tampoco en la tradición española”.

“Para encontrar algo equivalente a este poema de Sor Juana más bien hay que ir al siglo XX, a la poesía de Valéry, o antes, a la poesía de Mallarmé, es decir, a los grandes poemas filosóficos de la modernidad. El poema de Sor Juana es un poema filosófico profundamente influido por el neoplatonismo, como toda su poesía, en este caso el neoplatonismo hermético”.

“Posiblemente vivió esas ideas en el padre Kircher, un jesuita famoso en su siglo, naturalmente Sor Juana insertó este neoplatonismo hermético en la neoescolástica de su siglo y de su época”.

“Sor Juana se apoyaba en el favor del palacio virreinal para afirmar su posición en el convento y conservar su independencia frente a las otras monjas. Así, tuvo que enfrentarse no sólo a las intrigas y celos de la comunidad, sino más profundamente a la incompatibilidad entre la vida libre y solitaria del escritor y la colectiva y rutinaria del convento. El saber desinteresado de Sor Juana parece blasfemia o locura”.

“La amenaza más grave contra la independencia y seguridad de Sor Juana comenzó el día en que Francisco de Aguiar y Seijas fue nombrado arzobispo de México”.

“Inició una política de austeridad que pocos aplaudieron. Con la misma severidad reprobaba los espectáculos públicos, sobre todo el teatro. No conocía ni la amistad ni la confianza. Siempre se distinguió por su humor lunático y caprichoso, su devoción extrema y sus accesos de irritación”.

“Fue célebre por su horror a las mujeres; daba gracias a Dios por ser corto de vista, pues así no las veía. Eran una amenaza para su salud espiritual”.

“Amigo de Sor Juana fue el Obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, teólogo y erudito, hábil administrador y político cauteloso”.

El obispado de Puebla era el segundo de la Nueva España, y no pocas veces sus obispos fueron rivales de los arzobispos de México; las rivalidades de los prelados se expresaban en formas encubiertas”.

“En 1690, Santa Cruz publicó la crítica de Sor Juana Inés al famoso sermón del jesuita portugués Antonio de Vieira sobre las finesas de Cristo. Sor Juana escribió esa crítica conocida como la Carta atenagórica, no por voluntad propia, sino para el obispo. Él fue el destinatario de esas carta, el dio la aprobación eclesiástica para que se publicara, él redactó el prólogo y él costeó la edición”.

“La Carta atenagórica fue el único escrito teológico de Sor Juana. El obispo de Puebla no oculta su desacuerdo con el pseudónimo de Sor Filotea de la Cruz, declara en la misiva que precede a la Carta atenagórica”.

“No pretendo que usted mude de genio renunciando a los libros, sino que lo mejore leyendo el de Jesucristo…De Aguiar y Seijas era amigo y admirador de Vieira”.

“La respuesta a Sor Filotea de la Cruz está fechada el primero de marzo de 1691; el nombre de su destinatario era un secreto a voces”.

“Sor Filotea de la Cruz no era sino el obispo de Puebla, el antiguo protector de Sor Juana. La respuesta a Sor Filotea es una autodefensa. ¿Y de que se defiende Sor Juana? se defiende de la acusación que se le ha hecho, un amor inmoderado a las letras humanas, un amor que le ha hecho olvidar sus deberes religiosos”.

“Para defenderse Sor Juana recuerda su niñez y la afición invencible que sintió desde niña por el saber, nos cuenta sus primeros estudios, las clases de latín, sus experiencias con las ciencias; cómo se interesa en la geografía y en la geometría, astronomía, en la física, en el derecho. Cómo lee a los grandes poetas y a las grandes poetisas de la antigüedad”.

“Nos cuenta las aventuras de su alma en la noche del saber, en la búsqueda del conocimiento, una biografía intelectual es algo no menos rico en incidentes y quizá  en enseñanzas que las biografías que nos cuentan las aventuras de los héroes o bien los hechos de los aventureros”.

“Una autobiografía intelectual como la de Sor Juana es un documento único por muchas razones, en primer lugar por su valor psicológico, nos descubre su alma, y en segundo lugar por su valor histórico y esto es esencial”.

“No solamente es una de las primeras autobiografías intelectuales de la cultura moderna, sino que es la primera autobiografía de una mujer; es la primera vez que una mujer nos cuenta su lucha con el conocimiento y es lucha no de una discípula, sino de una autodidacta en la soledad de su celda y en la soledad de sus lecturas”.

“La erudita norteamericana Dorothy Schons ha dicho con razón que Sor Juana es la primer feminista de América, yo añadiría algo más, es aún de las primeras víctimas del feminismo por que no fue únicamente por su saber sino por su sexo por lo que fue perseguida, por prelados orgullosos, celosos de su autoridad, y este destino de Sor Juana nos recuerda a nosotros, hombres del siglo XX, la suerte de tantos intelectuales, de tantos escritores y poetas que han sido perseguidos en todas partes del mundo por burocracias intolerantes, por burocracias seguras de su saber y que odian el saber ajeno”.

“La actitud de Fernández de Santa Cruz reveló una cautela que colindaba con la doblez y la hipocresía”.

“No contestó la carta de su protegida ni sabemos cuál haya sido su reacción al recibirla”.

“Era preferible abandonar a la monja que prolongar y envenenar una disputa no sólo con el arzobispo de México y sus amigos, sino con muchos jesuitas”.

RAMG



Por: Noticieros Televisa Fuente: Noticieros Televisa 19. Abr. 2014 Vida y obra de Sor Juana Inés de la Cruz: Octavio Paz

Fuente: http://noticieros.televisa.com/mexico/1404/vida-obra-sor-juana-ines-cruz-octavio-paz/

25 de febrero de 2013

Inéditos sobre Sor Juana reviven la polémica con Octavio Paz


Inéditos sobre Sor Juana reviven la polémica con Octavio Paz
Inéditos sobre Sor Juana reviven la polémica con Octavio Paz
La Carta de Puebla, escrita por el obispo de esa ciudad Manuel Fernández de Santa Cruz, y una Protesta de la fe, de sor Juana Inés de la Cruz, son documentos que, a decir del especialista en la Décima musa, Alejandro Soriano Vallés, destruyen la imagen que el poeta Octavio Paz y otros estudiosos han ofrecido de ella. Con ellos se desmiente, afirma categórico, que la monja jerónima era víctima de una conjura para silenciarla. Falta ver cuál será la reacción de otros sorjuanólogos destacados.
MÉXICO, D.F., 24 de agosto (Proceso).- Por considerarla uno de los más “aventajados ingenios” de la época, la jerarquía católica de finales del siglo XVII siempre protegió e impulsó la carrera literaria de la monja sor Juana Inés de la Cruz, quien, sin embargo, durante toda su vida antepuso su vocación religiosa a su inclinación por las letras.
A esta conclusión llega el historiador Alejandro Soriano Vallés, con base en documentos localizados recientemente en archivos eclesiásticos y privados, que dará a conocer en su nuevo libro sobre la poetisa, Sor Juana Inés de la Cruz. Doncella del verbo, el cual empezará a circular en octubre próximo.
Entre esos documentos destaca una extensa carta manuscrita que el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, le dirigió a la monja jerónima en marzo de 1691, en la que le aconseja proseguir con sus estudios y su labor literaria.
El libro también incluye una Protesta de la fe que la religiosa escribió en 1695, poco antes de morir, y en la cual refrenda su comunión con Cristo. A la primera edición de este documento –impresa ese mismo año y destinada a las monjas novohispanas– la acompaña un escrito del entonces arzobispo de México, Francisco de Aguiar y Seijas, en el que encomia las virtudes cristianas de Sor Juana.
Esos testimonios de los dos más influyentes jerarcas eclesiásticos de la época –dice el historiador Soriano Vallés–, derrumban la tesis de que ambos persiguieron y reprimieron a la monja, propagada principalmente por el escritor Octavio Paz en su libro Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe.
Soriano asegura:
“No hubo ninguna conjura eclesiástica contra Sor Juana. La Iglesia jamás la persiguió. El obispo de Puebla y el arzobispo de México nunca la reprimieron, como suele afirmarse sin ningún fundamento. Igualmente falsa es la versión de que ella no tenía vocación religiosa y que decidió recluirse en un convento sólo para poder escribir.”
–¿A qué atribuye entonces tales versiones?
–A que Sor Juana es la figura literaria más grande que ha tenido México. Una poetisa a la altura de los grandes genios, como Góngora y Quevedo. Es un personaje tan atractivo que todo mundo quiere apoderarse de él: desde quienes la utilizan como ariete para atacar a la Iglesia, hasta los actuales movimientos feministas y lésbicos que nos la pintan como una monja rebelde, contestataria y lesbiana que tenía relaciones sexuales con la virreina. Son aberrantes fantasías que sólo demuestran una gran ignorancia de las costumbres de su época.
–¿Se distorsionó su figura y la de su entorno?
–Totalmente. Y esta distorsión se dio sobre todo en el siglo XX. Por fortuna, la ciencia histórica se hace con documentos y con pruebas. Y los documentos de primera mano que hemos ido encontrando, de gente que conoció a la monja y escribió sobre ella, nos dicen que fue muy querida y protegida por la sociedad y la jerarquía de su tiempo, al grado de que la Iglesia solía encargarle villancicos y otros trabajos literarios, generalmente muy bien pagados porque sabía que podía hacerlos muy bien. ¿Dónde está la persecución? ¿Dónde está el sometimiento? No aparece por ningún lado. Al contrario, la Iglesia la impulsó tanto al grado de que le daba chamba.
Soriano habla sobre el más reciente hallazgo, la extensa carta de 15 hojas que le dirigió a Sor Juana el obispo de Puebla, Fernández de Santa Cruz, fechada el 20 de marzo de 1691 y a la que se bautizó como La carta de Puebla.
A este documento lo preceden otros tres testimonios escritos relacionados entre sí:
El primero es la Carta Atenagórica, la refutación teológica que le hace Sor Juana al renombrado teólogo jesuita Antonio Vieyra y que hizo publicar el obispo de Puebla en 1690. El obispo después hace sus comentarios sobre dicho texto en la Carta de Sor Filotea de la Cruz, dirigida a Sor Juana. Y la monja le contesta a Fernández de Santa Cruz en su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, fechada el 1 de marzo de 1691 y donde defiende su vocación por las letras. Algunos estudiosos señalan que el obispo intentaba reprimirla en su carta y la monja se defendió con la suya.
Ahora, la recién encontrada Carta de Puebla –que es la contestación del obispo a la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz– viene a demostrar, dice Soriano, que no hubo tal pleito entre sor Juana y Fernández de Santa Cruz, sino que, por el contrario, prueba que la apoyó el segundo más influyente jerarca de su época, sólo precedido por el arzobispo Aguiar y Seijas.
En la Carta de Puebla, el obispo Fernández de Santa Cruz le explica a Sor Juana que publicó la Carta Atenagórica para que en Europa se conociera su ingenio:
Debo poner en la noticia de vuestra merced, que uno de los principales motivos que hubo… fue desear manifestar a la Europa, a donde han ido algunas copias, que la América no sólo es rica de minas de plata y oro, sino mucho más de aventajados ingenios.
Luego, el obispo defiende a la monja de los duros ataques que contra ella escribía un crítico embozado que firmaba bajo el seudónimo de “El soldado”, cuya identidad se ignora hasta la fecha:
Soldado parecido a los que hoy militan en la Asalcia, que abrasan más que conquistan, haya poco cortesano salpicado con la tinta de su pluma el candor de su persona de vuestra merced, y que deslumbrado a las luces de su escrito (la Carta atenagórica) que tantos doctos han celebrado, se sienta lastimado y ofendido.
Y le dice que, entre tantos que aplaudieron su disertación teológica de la Carta Atenagórica, “El soldado” es sólo una “piedra tosca” que la está atacando:
Pues si ésta es experimentada verdad justamente debe extrañarse, que su papel de vuestra merced haya merecido tantos discretos que le aplaudan, y que sea sólo una piedra tosca, que haya levantado contra su doctrina.
El obispo le aconseja que ni siquiera se tome la molestia de contestarle a su feroz crítico:
Grande agravio se hiciera vuestra merced, y glorioso castigo diera a ese papel del Soldado, si la mereciera alguna atención o respuesta.También le recomienda que prosiga con sus estudios, pues, dice, “a achaque de letras”, la “receta del médico” es “que estudie más hoy, que sepa más”.
Y le pide que, en concreto, le dé mayor énfasis al estudio de la teología mística, materia en la que ya demostró tener grandes dotes:
Para curar accidente que ocasionó el estudio, le aconsejo que estudie prácticamente dos horas al día en la Místhica Theología.
Explica Soriano que esta Carta de Puebla la encontró el historiador Jesús Peña en el archivo del obispo Fernández de Santa Cruz, localizado en la biblioteca Palafoxiana de la ciudad de Puebla.
“Peña me entregó la carta, pensando que a mí me sería más útil, pues yo llevo 25 años estudiando a Sor Juana”, dice Soriano.
–¿Está plenamente comprobada su autenticidad?
–Por supuesto, el manuscrito se cotejó con otros documentos también hechos a puño y letra por el obispo. Tengo las fotos del legajo, su clasificación en la biblioteca, los testimonios de los bibliotecarios… ¡todo!
Aparte de la Carta de Puebla, dice, en el mismo archivo se localizó una “minuta” de otra carta posterior que le escribió Fernández de Santa Cruz a Sor Juana.
“Las ‘minutas’ eran los resúmenes de cartas. Y este resumen fue hecho por el secretario particular del obispo, de una carta que éste le escribió a Sor Juana el 31 de enero de 1692, casi un año después de haberle escrito la Carta de Puebla”, explica Soriano.
–¿Revela cosas nuevas la “minuta”?
–Sí, por ejemplo, revela que Sor Juana por esas fechas estaba estudiando griego, algo que desconocíamos. Ahí también el obispo la alienta a escribir sobre política, moral y mística. Pero sobre todo, le aconseja que se dedique a la docencia para que así dé frutos más maduros.
Dice textualmente la “minuta”:
Hasta cuándo hemos de ver solamente flores. Ya es tiempo de que vuestra merced dé maduros y sazonados frutos, y pues está en estado de poder enseñar no dé pasos ociosos al aprender…
… Puede vuestra merced explayarse en documentos políticos, morales y místicos.
Comenta Soriano:
“Al parecer, hubo más intercambio epistolar entre Sor Juana y el obispo, pues en estas cartas que conocemos ambos hablan de hechos cuyos antecedentes pueden estar aclarados en otras cartas aún desconocidas por nosotros.”
–¿Llevaban años de tratarse y de cartearse?
–No lo sabemos a ciencia cierta. En la primera carta que conocemos, la Carta de Sor Filotea de la Cruz, escrita por el obispo, éste le dice a Sor Juana que siempre la ha querido, y que al paso de los años no se ha entibiado su cariño hacia ella. Suponemos, entonces, que llevaban años de tratarse.
–¿La Carta de Sor Filotea es también una dura reprimenda a la monja?
–Bueno, en ella el obispo le dice textualmente que no se ocupe tanto de las “rateras noticias de la tierra”, refiriéndose claramente a la poesía. Le pide que ocupe su entendimiento en la teología, pues acababa de demostrar estar versada en la materia. No olvidemos que era el siglo XVII, una época en que la teología estaba muy por encima de la poesía… Y tampoco olvidemos que Sor Juana era una monja. Por desgracia, muchos de aquí se han agarrado para decir que una Iglesia retrograda y oscurantista acalló a nuestro mayor genio literario. Una aseveración  totalmente falsa.
“Es más, el obispo le pide a Sor Juana que le conteste, que se defienda exponiendo sus argumentos. Y Sor Juana los expone en su Respuesta a Sor Filotea, donde le explica su vida y por qué estudia, defiende a las mujeres y las pone en igualdad con los hombres. Su respuesta no la escribió enojada ni indignada, como hoy se malinterpreta. A ese texto se le ha reducido a un furibundo manifiesto feminista.”
–Se dice que el arzobispo de México también reprimió a Sor Juana. ¿Qué dice al respecto?
–Se requieren pruebas para hacer tales afirmaciones. Hasta el momento, todas las pruebas demuestran lo contrario; que Aguiar y Seijas siempre apoyó a Sor Juana. Era su superior jerárquico y el encargado de la diócesis más importante de la Nueva España. Influía mucho en la política de su tiempo y, por supuesto, regulaba la vida de todos los conventos de la Ciudad de México, entre ellos el de San Jerónimo, donde Sor Juana vivía en reclusión.
“Los únicos documentos que testifican la relación entre el arzobispo y Sor Juana son burocráticos. Por ejemplo, los permisos que Sor Juana le pide al arzobispo para realizar inversiones con su dinero, o la solicitud para comprar su celda en 300 pesos, que era una fuerte suma en aquel tiempo. Si realmente la hubiera odiado, el arzobispo Aguiar y Seijas ni siquiera le hubiera permitido tener dinero, pues la monja llevaba voto de pobreza. Pero no, Aguiar y Seijas siempre avaló sus peticiones y le permitió tener una fortuna. Estos documentos los expongo en mi anterior libro, La hora más bella de Sor Juana.”
–¿Es también falso el señalamiento de que Aguiar y Seijas le quitó a la monja su biblioteca de cuatro mil volúmenes y quemó los libros que consideró impíos?
–Es una falsedad. Esa aseveración no tiene ningún fundamento. Todos los testimonios de la gente que trató a Sor Juana nos dicen que la religiosa le regaló al arzobispo los libros y los instrumentos científicos y musicales que poseía, para que éste los vendiera e hiciera caridad con el dinero.
–No parece encajar el que una intelectual haya regalado sus instrumentos de trabajo.
–Quizá no encaje en un intelectual del siglo XXI, pero sí en una religiosa del siglo XVII. Hay que ubicarse en aquella mentalidad. El mayor sacrificio era precisamente despojarse de lo que más se quiere. Ella se despojó de sus libros para ayudar a los pobres en aquellos años de hambrunas. Seguramente le dolió muchísimo.
Maestro en letras por la UNAM, Alejandro Soriano es ensayista, crítico literario y poeta. Actualmente imparte clases de literatura virreinal en la Universidad Iberoamericana. Sobre la monja jerónima ha escrito: Aquella Fénix más rara. Vida de Sor Juana Inés de la Cruz y El “Primero sueño” de Sor Juana Inés de la Cruz. Bases tomistas, así como La hora más bella de Sor Juana.
El especialista aclara también que la poetisa siguió escribiendo hasta sus últimos días, lo cual prueba que no se le acalló:
“Todavía en 1695, el año de su muerte, escribió la serie de poemas, en forma de acertijos, que se llaman Los enigmas”, dice.
Poco antes de morir, sor Juana refrendó sus votos religiosos en una Protesta de la fe que firmó con su sangre. Este manuscrito se mandó a la imprenta ese mismo año, tan pronto murió la monja a causa de una peste que azotó a la Ciudad de México.
En la carátula de dicha edición se señala que el texto se imprimió para que la protesta de Sor Juana “la repitan todos los días las esposas de Cristo, y por cada vez que así lo hagan, les concede el ilustrísimo señor arzobispo 40 días de indulgencia”.
Soriano explica la trascendencia de este documento hasta hoy desconocido, que también incluirá en su nuevo libro:
“El documento prueba dos cosas: por un lado, que Sor Juana fue una religiosa ejemplar al grado de que refrendó sus votos y éstos se mandaron a imprimir; y por otro, que el mismo arzobispo Aguiar y Seijas la puso como ejemplo ante las demás monjas, al extremo de que les concede 40 días de indulgencias.”
–¿En qué consisten las indulgencias otorgadas por Aguiar y Seijas?
–Las indulgencias son la conmutación de las penas en el purgatorio. Lo que hizo Aguiar y Seijas fue reducirles a las monjas 40 días de estancia en el purgatorio, por cada vez que leyeran los votos de Sor Juana. ¡Imagínese el poder que le estaba dando! ¡El alto concepto que tenía de Sor Juana!
El historiador señala que también está comprobada la autenticidad de esta Protesta de la fe, la cual consiguió en Nueva York el sacerdote José Herrera Alcalá, presidente de la Sociedad Mexicana de Historia Eclesiástica. Éste después la cedió al Centro de Estudios de Historia de México, del Grupo Carso, que está por lanzar una edición especial del valioso documento.
Soriano asegura que estos testimonios echan por tierra la falsa versión de que hubo una conjura eclesiástica contra Sor Juana. Tesis que han sostenido –dice– Octavio Paz con sus Trampas de la fe; Fernando Benítez en Los demonios en el convento, y especialistas como Antonio Alatorre, Elías Trabulse y el italiano Dario Puccini, entre otros.
El nuevo libro de Soriano, Sor Juana Inés de la Cruz. Doncella del verbo, impreso por editorial Garabatos, recoge los hallazgos recientes sobre la llamada Décima musa, y los complementa con otros testimonios de la época ya conocidos.
“Todas las pruebas finalmente están relacionadas, todas encajan en que no hubo tal conjura, como nos lo hicieron ver desde el principio los primeros biógrafos de Sor Juana. Fue sólo una exaltada fantasía del siglo XX la supuesta persecución contra la monja. Una fantasía que, eso sí debemos reconocer, resultó muy atractiva para nuestra mentalidad actual”, concluye el investigador.  l
Fuente: http://www.proceso.com.mx/?p=102932

3 de febrero de 2013

Ana de la Reguera será Sor Juana Inés de la Cruz en la pantalla grande

Ana de la Reguera dará vida a la Décima Musa

Sor Juana Inés de la Cruz: décima Musa del siglo XXI

 Sor Juana Inés de la Cruz: décima Musa del siglo XXI

7 de noviembre de 2012

“Óyeme con los Ojos. De Sor Juana al Siglo XXI”, de Patricia Rosas Lopátegui

Miércoles, 06 de Abril de 2011

Los tomos presentan en la portada un retrato de Juana de Asbaje a los 15 años, antes de ser monja.
Patricia Rosas Lopátegui destaca lo mejor de la literatura femenina y pide romper con los viejos cánones patriarcales
Mientras la lectura de mujeres escritoras no se haga obligatoria en las escuelas y en las universidades, la literatura femenina seguirá relegada a un segundo plano, comentó Patricia Rosas Lopátegui durante la presentación de su libro “Óyeme con los Ojos.De Sor Juana al Siglo XXI”.
Rosas estuvo recientemente en la Casa del Libro Universitario de la UANL en Monterrey, donde subrayó que las mujeres en México todavía viven bajo un sistema patriarcal que no deja desarrollar su intelecto y su vida profesional al máximo.
“A pesar de que las mujeres ya estudian y trabajan, no pueden romper del todo con lo establecido, ya que de esa forma no serían aceptadas por la mayoría de los hombres”, explicó.

21 de octubre de 2012

Mi colección de libros acerca de Sor Juana

























Mi favorito: 

17 de julio de 2012

Revista Letras Libres: Lágrimas en la lluvia


TERTULIA

AS TIME GOES BY

 

Por José de la Colina

Revista: Letras Libres

2 de febrero de 2012

Sor Juana, un boom literario


Sor Juana, un boom literario

Según Mónica Lavín, la vida y obra de la escritora aún seduce a quienes se acercan a ella










Enigma. Sor Juana no dejó detalles sobre su vida privada (Foto: Archivo/ELUNIVERSAL Fuente:http://www.eluniversal.com.mx/notas/711609.html

MÉXICO | Domingo 26 de septiembre de 2010EFE | El Universal

4 de julio de 2011

Día internacional de la mujer: sor Juana Inés, precursora de la nueva mujer (I)


Sus contemporáneos la llamaban monja letrada, Minerva de América, décima Musa, el ave Fénix de América. Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, fue parte del movimiento barroco novohispano y es una de las figuras más representativas de las letras hispanas.

Su poesía se resiste a la clasificación o identificación con los temas a los cuales tratan de limitar a las voces femeninas, porque recupera una voz perdida hace siglos.[1]En palabras de Paz (1999:14) “El estudio de la obra de sor Juana nos pone inmediatamente…con la obra intelectual y artística de su tiempo, es decir, con todo eso que constituye lo que se llama ‘el espíritu de una época’ ”. Para este escritor, “La palabra de sor Juana se edifica frente a una prohibición…Su decir nos lleva a lo que no se puede decir” (Paz, 1999:17) 

Es debido a su producción literaria, la grandeza y reconocimiento a Sor Juana de sus contemporáneos,  y a la vez, la censura y la persecución constante. Margo Glantz[2], refiere una guerra contra sor Juana en la nueva España, terrible, una guerra sorda. Una gran envidia que la misma monja hace mención en la respuesta a sor Firotea, que repercute hasta en la caligrafía de sor Juana, como ella misma lo relata:
“No más de porque dicen que parecía letra de hombre y que no era decente, con que me obligaron a malearla adrede[3]

         Para Glantz (1997: 28) el argumento de Sor Juana es contundente y peligroso, porque alude que “la buena caligrafía en la mujer se contamina de indecencia; se vuelve un signo obsceno que dibuja la sexualidad, la mano es la proyección de todo el cuerpo”. Para esta autora “Malear la letra equivale en la escritura femenina a deformar el cuerpo, carne de tentación que con su belleza amenaza a los hombres” 

Glantz  va mas allá, menciona incluso, un posible proceso secreto de la Inquisición en donde hicieron adjurar a Sor Juana. Al respecto Kyra Galván autora de la novela Los indecibles pecados de Sor Juana, afirma en su obra que, Sor Juana fue acusada de rebeldía, elación, brujería y sospecha de conducta lasciva, que posteriormente se hicieron a un lado discretamente. Pero, se le impusieron ayunos, rezos y castigos. Firmo varios papeles con su propia sangre, entre ellos uno en el que pide perdón al Tribunal Divino por sus culpas, e implora un año para enmendarse, en otro documento, prometía “abandonar los estudios humanos, para proseguir, desembaraza de este afecto, en el camino a la perfección” (Galván, 2010:226).

Paz (1999:16) hace referencia al tema, al expresar  que en su Respuesta a sor Filotea de la Cruz nos dejo una confesión: ‘no quiero ruidos con la Inquisición’. Al parecer Sor Juana se sentía amenazada y perseguida como lo alude Lavín (2009) al  retomar una carta escrita por Sor Juana a su amiga María Luisa la ex virreina de la Nueva España, fechada el 17 de noviembre de 1694. En este documento la monja jerónima expresa: 

“los lobos han cerrado el cerco con más hambre de los jirones de mi carne” pp. 17

“Han seguido acorralándome y yo he dado muestra de que me han convencido”  pp. 13
  
“soy un animal acorralado, un animal acorralado de su naturaleza: tener colmillos y usarlos, tener garras y encontrar su sitio en el mundo. Si la bestia se alimenta de otros animales, lo mío es alimentarme del pensamiento de los demás, de sus maneras de mirar al mundo, lo mío es apresar el entendimiento en palabraspp.15
 
La emoción me embarga, por las dolencias del espíritu, por el temor a ser castigada y por la vergüenza de haber qué tenido que ceder y firmar la protesta de fe renovadapp. 16

“Ahora me piden que sea otra de la que soy, que me corte la lengua, que me nuble la vista, que me apunte los dedos, el corazón, que no piense, que no sienta más que lo que es menester y propio de una religiosa, de una esposa de Cristo. ¿Quién ha decidido que no pensar es propio de la mujer del Altísimo? “ pp.17

López (1997:346) enfatiza que Sor Juana justifica el ejercicio intelectual de la mujer como correspondencia obligada con Dios.
Estudia, arguye y enseña,
y es de la iglesia servicio,
que no la quiere ignorante
El que racional la hizo.
López  (1997: 348) asevera que la monja jerónima “Vivió con la camisa de fuerza de un rol social, el de monja-oficio de sobrevivencia-, para escapar de otra camisa de fuerza, la del rol social femenino […] Fue a pesar de todo una mujer libre” 
Galván (2010:227), en voz de Sor Isabel María -sobrina de Sor Juana- afirma “Sé que ella será recordada en el porvenir por una u otra razón. Sería muy gracioso que lo fuera por sus versos negros. Tan criticados
 Sor Juana es una mujer que se acepto y asumió como mujer, pero no en los términos de su época, sino en los de la modernidad. Una mujer visionaria, sin duda, precursora de la nueva mujer (López, 1997: 348). Resulta pertinente a manera de epilogo recordar las  palabras de la propia Sor Juana Inés de la Cruz:


Pues podré decir, al verme
expirar sin entregarme,
que conseguiste matarme
mas no pudiste vencerme[4]

Video realizado por La Polaka del Nopal, como homenaje a sor Juana Inés de la Cruz

Galván, K. (2010).Los indecibles pecados de Sor Juana. México: MR ediciones
Glantz, M. (1997). Labores de Manos. En Poot, H. (coordinadora). Diversa de mi misma entre sus plumas ando (21-33). México: El Colegio de México
López, A. (1997) Anticipaciones feministas en Sor Juana. En Poot, H. (coordinadora). Diversa de mi misma entre sus plumas ando (341-348). México: El Colegio de México
López-Portillo, M. (1979). Estampas de Sor Juana Inés de la Cruz. México: Bruguera
Paz, O. (1999). Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. (12ª ed). México: Fondo de Cultura Económica.

[1] Bergmann, E. (1997). Ficciones de Sor Juana En Poot, H. (coordinadora). Diversa de mi misma entre sus plumas ando (171-183). México: El Colegio de México
[2] Véase entrevista a Margo Glantz en http://www.youtube.com/watch?v=9VLo4QcoXX0
[3] Extracto de una carta de Sor Juana, dirigida al P. Nuñez de Miranda. En Glantz (1997:28) 
[4] Décima 99, al amor (vs. 47-50), retomada por López(1997:348)

Día internacional de la mujer: sor Juana Inés, precursora de la nueva mujer (II)

     Sor Juana Inés de la Cruz es considerada, una niña prodigio que aprendió a leer y escribir a los tres años. Sus habilidades y erudición, le permitieron sobresalir en la corte virreinal de Nueva España. Posteriormente, toma la decisión de una vida religiosa. En opinión de Paz (1999: 149), aunque Sor Juana era una católica sincera, no escogió una vida religiosa por vocación autentica, es decir, porque escucho el llamado de Dios. El caso de Sor Juana, era similar al de las muchachas de hoy en día, que buscan una carrera que les dé un apoyo económico y respetabilidad social. Era la única opción de sor Juana para dedicarse al estudio, logrando poseer conocimientos profundos en astronomía, matemática, lengua, filosofía, mitología, historia, teología, música, arquitectura, gastronomía y pintura, por citar algunas   disciplinas. Era afamada, aun dentro del claustro por escribir  villancicos, sonetos, rondillas, décimas y liras. Lavín (2010: 80) con motivo de las dotes gastronómicas de la decima musa, escribe acertadamente:

Quisiera nuestra simple condición de mortales encontrar cercanía terrenal con quién fuera curiosa irredenta, estudiosa del mundo que le tocó vivir, poeta, mujer misterio, fiel a su vocación, y son tales nuestros empeños que queremos imaginar a sor Juana y la delicadeza de sus manos hundidas en la masa de un buñuelo de viento[…]Por admirable se nos vuelve divina; por mero capricho quisiéramos mirarla de rodillas frente al metate y sentir ese cocinar del mestizaje que se estaba dando en el pedazo de siglo que le tocó vivir.

     Resultado de estos talentos de La Décima Musa, presentamos  un disco con villancicos de Sor Juana, titulado,  Le Phénix du Mexique. En el folleto que acompaña esta producción se afirma que las letras de estos villancicos fueron escritas basándose en textos originales de la monja mexicana, encontrados en el Archivo y Biblioteca nacionales de lo que hoy es Sucre, Bolivia. Con el tiempo, como en toda tradición, los textos de Sor Juana se fueron modificando y se fueron integrando elementos culturales bolivianos.[1]
     Para finalizar este pequeño homenaje a sor Juana, incluimos una entrevista a Margo Glantz realizada por Carmen Aristegui y la descarga de este disco.




Descarga el disco aquí o escucha algunos tracks en el siguiente reproductor.















 Entrevista de Carmen Aristegui a Margo Glantz, acerca de Sor Juana, en el marco de la FIL 2010


Lavín, M. & Benítez, A. (2010). Sor Juana en la cocina. México: Grijalbo
Paz, O. (1999). Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. (12ª ed). México: Fondo de Cultura Económica.

[1] http://ru.ffyl.unam.mx:8080/jspui/handle/10391/1099

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